Un entrenamiento para su razonamiento lógico y el telón de fondo de aventuras con animalitos.
¡Aprendizaje disfrazado de diversión! Aprende los nombres y sonidos de los animales de la manera más natural y memorable.
- Desarrolla la paciencia y la precisión: Encastrar cada figura en su lugar requiere concentración y control motor, clave para su desarrollo.
- Fomenta el juego simbólico y el lenguaje: Las piezas sueltas se convierten en personajes de sus propias historias, expandiendo su vocabulario.
- Diseñado para pequeñas manos: Piezas medianas y fáciles de agarrar, con formas que desafían justo lo necesario para motivar sin frustrar.
Cada animalito que encastra es una semilla para su futuro:
- Vocabulario y comunicación: Incorpora palabras nuevas (Elefante, León, cocodrilo, jirafa, buho, etc) y las usa en contexto mientras juega.
- Pensamiento lógico y categorización: Agrupa mentalmente a los animales por tipo, tamaño o color, ejercitando su cerebro.
- Motricidad fina de precisión: El acto de girar y encajar cada pieza fortalece los músculos de sus dedos para la escritura.
- Autoconfianza: El "¡lo logré!" al colocar cada figura construye una autoimagen de niño capaz.
- 24 a 30 meses: El aprendiz. Necesita ayuda para reconocer las siluetas, pero celebra con entusiasmo cada encastre correcto.
- 31 a 36 meses: El Experto. Reconoce y encastra la mayoría de las piezas solo, y comienza a inventar historias simples.
- 3 a 4 años: El narrador de cuentos. Usa las piezas sueltas para crear historias elaboradas con diálogos y escenarios imaginarios.
- Material: Madera maciza, lijada a la perfección para un tacto suave.
- Tema: Animales reconocibles y queridos por los niños, con colores vibrantes y amigables.
- Piezas: Tamaño mediano perfecto para manos de 2-3 años, fáciles de agarrar y manipular.
- Pinturas: Colores vivos con pinturas no tóxicas a base de agua, seguras para la etapa oral.
- Base: Estable y con siluetas bien definidas, para que el encastre sea un desafío alcanzable.
