Realizado con pinturas a base de agua acrílicas
Desde 2 años: Con supervisión (piezas grandes y fáciles de manipular).
3 a 6 años: Etapa ideal para el juego simbólico y construcciones complejas.
7+ años: Pueden diseñar pistas más elaboradas con múltiples niveles.
Una oportunidad para que los niños y grandes puedan imaginar, diseñar, ensamblar y configurar sus propias pistas y circuitos cuantas veces quieran, proporcionando horas de juego constructivo y entretenido.
Fomenta la cretividad, la imaginación y el desarrollo de las habilidades motoras.
Desarrollo de la motricidad gruesa y fina:
Motricidad gruesa: Al armar la pista en el suelo, los niños se mueven, agachan y estiran.
Motricidad fina: Al colocar los trenes o autos en las vías y empujarlos con precisión.
Estimulación de la creatividad y el juego simbólico:
Permite crear escenarios (ciudades, estaciones, puentes) y narrar historias, fomentando el lenguaje y la imaginación.
Aprendizaje cognitivo:
Conceptos espaciales: "El tren pasa por debajo del puente", "gira a la derecha".
Causa-efecto: "Si coloco el bloque aquí, el tren se detiene".
Habilidades sociales y emocionales:
Ideal para jugar en grupo, enseñando cooperación, turnos y resolución de conflictos ("¿Por dónde debe pasar el tren primero?").
Pensamiento lógico y resolución de problemas:
Al construir la pista, los niños planean y ajustan diseños ("¿Cómo conecto estas dos vías?").